No recogeré los besos que dejaste sobre el manto de la indiferencia.
Ni buscaré el sonido de tu risa en el ocaso de mis días.
He borrado mis huellas, le pedí al mar que las quite de la playa de mi deseo.
No perseguiré los
poemas inconclusos sobre el mapa de mi cuerpo.
En el lienzo de mi
desnudo que mucho conociste, me volví transparente y se ha rasgado de tanta
espera.
Y
Experimenté el amor y el dolor
La tensión agobiante y seductora de tenerte y dejarte ir.
El escribirte en lo triste y en la magia de mis días
vibrantes.
Y llegó la duda en su tierra movediza entre lo que
siento y lo que pienso
Un viejo campanario comenzó a emitir ese cántico ancestral y
no estabas ahí …si lo hubieras visto y volví a implorar tu ser a mi lado.
El día gris te llevó una vez más, mostrándome tu verdadero
sentir.
Perdóname por darte un lugar que no querías.
Y
Un viento de no sé dónde lo trajo.
Él es un guerrero, persigue mi sonrisa.
Se embebe de mis lágrimas cuando te nombro
Toca para mí y no
desea cambiarme en absolutamente nada,
Se desliza en mi cuerpo maduro y besa las cicatrices que
cargo.
No escucha la música que a mí me gusta, pero deja que suene
en mi tiempo
Conoce de espacios y es
un alma vieja.
Desea enamorarme, y yo lo busco entre mis sentires.
El eclipse te arrancó de mí y algo se fue contigo …
Y
¿quién dice que ésta vez, es presente?
El campanario suena con su años...
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