sábado, 12 de diciembre de 2020

La espera

 Hace días que intento escribir esta carta. Pablo me trajo unos papeles que estaban en mi escritorio, tienen una textura fina y casi transparente. Aún no encuentro las palabras adecuadas y mi tono se vuelve frío y distante. Mi terapeuta insiste con la escritura, como si fuera tan fácil dejar plasmado para la eternidad lo que me está pasando. Despedirme de él, es decir adiós a una parte de mí. Y surgen miles de preguntas, si podré volver a sentir, si seré yo o tal vez me convierta en otra persona. No puedo dejar de pensar en lo que dejo, lo bello y todo el dolor, pero mirar hacia el futuro es lo que importa ahora. La enfermera me está haciendo los controles diarios y mi rostro ha adquirido un color más pálido, mis labios se ven cada vez más azulados y ya no puedo caminar. Desde mi ventana se ve hermoso el cielo mientras se deja caer y una pequeña brisa de verano entra sin pedir permiso. Todo es calma y las palabras empiezan a surgir sobre la carta. Me dormí un rato y ella quedó sobre mi regazo. Me despiertan avisándome que ya llegó y me tienen que preparar. Me sentí un poco agitada, las emociones se mezclan y el miedo anuncia su entrada. Está amaneciendo, estoy lista para volver a latir.




 Querido diario :  Recíbeme entre tus hojas vacías para que pueda volver a descansar mi narrativa.  Entre los últimos días de este año 2025....