jueves, 1 de diciembre de 2022

SONIDOS

 


Ana Llorente  aceptó la soledad como parte de su vida. Joya, su gato  suele despertarla paseando su cola sobre el rostro y un maullido suave comunica  que la jornada  comienza. Hace unos días le llegó de herencia  un mueble  en madera tallada, la “mesa de los abuelos”, la pieza ha permanecido durante cuatro  generaciones en el seno de su familia. Durante los días siguientes, aparecieron  voces en la noche, ruidos de platos cerca del mediodía, aroma a buñuelos de manzana  durante las tardes,  pasos de gente que van y vienen  y la inconfundible voz de Julio Sosa, interpretando Cambalache un  domingo gris. Nada perturbó la paz de la mujer, luego de mucho tiempo sintió que vivía acompañada.

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